Capitulo 2
Y seguí cantando, durante muchos días, eso era lo
único que hacía, pensé que tarde o temprano alguien vendría y me diría porque
gritaban asustados, pero nunca llego nadie. No sé cuanto paso, hasta que un
día, escuche que la puerta del cuarto se abría, me asuste así que me fui hasta
la esquina de mi jaula, tome la única manta que tenia allí y me cubrí con ella
para esconderme, entonces escuche voces de dos hombres
-
Mira Louis, ¿Qué es eso de allí?
-
No lo sé, vayamos a ver
Yo comencé a temblar, tenía mucho miedo de que
pudieran traerme más terribles y horribles sensaciones en mí
-
Luis, ¿no es acaso
la criatura principal del circo?
-
Si lo es, estoy seguro
-
Pobrecilla, esta aterrada – decía aquel hombre con una
voz que sonaba dulce – pero, no dijiste que tenía alas?
-
Si, mira
Se acerco a mí y atra ves de los barrotes de la
jaula y me arrebato la manta que me cubría
-
¡Oh por dios!, es un ángel
-
¿Estás seguro tío?
-
Si
Se acercaron cada vez más a la jaula y yo me aleje
más de la reja, hubiera intentado volar de no ser porque sentía que algo en mi
pie me lo impedía, vi que era algo duro, gris y frio; intente con todas mis
fuerzas quitármelo pero no pude.
-
Mírala, ¿Cómo habrá llegado aquí?
-
No lo sé Luis
Sentí la mirada de ambos sobre mí, voltee a ver al
chico que era más joven, y entonces volví a ver, eran los mismos maravillosos y
malditos ojos que me ocasionaron problemas, ahora los veía más de cerca y eran
demasiado diferentes sus ojos a los de los demás, no solo por las emociones que
me traían al verlos o al sentir su mirada; eran de diferente colores, uno era
azul como el cielo a la luz del sol pero el otro era un amarillo como el centro
de la llama del fuego que lo quema y destruye todo.
Ese fuego aterrador y
temible que me hacia estremecerme de miedo en todo mi ser
-
Abesse
Y me aleje hasta una pequeña esquina de mi jaula
-
Tío, ¿Qué fue lo que dijo?
-
Dijo “aléjate” – y me lanzo una mirada llena de compasión
– creo que nos tiene miedo
El hombre joven que tenía los ojos únicos , se acerco mas a la jaula y se
arrodillo cerca de la reja
-
¿cuál es tu nombre pequeña? – me hablo con una voz dulce
Comprendía lo que me preguntaba pero no
sabía como responderle, entonces escuche que el hombre mayor intervino
-
¿que no ves que no nos comprende?, necesitas hablarle en
su idioma – sonaba molesto
-
¿y qué idioma es ese? – pregunto enojado el joven
-
Latín – aquel hombre hiso una pausa y respiro
profundamente – ¿quod est nomen?
-
Ego sum Anael – le respondí
-
Anael?, uno de los ángeles regentes? – dijo asombrado el
hombre
Entonces se volteo al otro hombre que
era más joven que él y lo miro con una mirada llena de dicha, o al menos sentí
eso
-
Este ángel es el ángel Anael, el ángel que representa al
amor y a Venus
-
¿Y qué hace un ángel como el aquí?
-
No puedes decir si es él o ella Louis , los ángeles son
ambas cosas al mismo tiempo – oía como le explicaba al joven – aunque al
parecer, este ángel podría decirse que su lado femenino lo tiene más marcado
-
Eso no responde mi duda, ¿qué hace un ángel encerrado
aquí?
-
No lo sé, pero debemos sacarle de aquí
Entonces comenzaron a golpear la puerta
de mi jaula, no comprendía él porque, solo escuchaba como intentaban
desesperadamente sacarme de aquí; escuchaba como golpeaban el candado de mi
jaula, escuchaba como lo golpeaban para romperlo.
Hasta que escuche un sonido
metálico caer al suelo, entonces abrieron la reja, me asuste y despegue pero la
cadena no me dejaba llegar muy lejos; aun así seguía intentando volar mas
lejos, pero solo me lastimaba cada vez mas mi tobillo.
Entonces sentí que algo
me jalo del pie, mire hacia abajo y vi que el chico de ojos especiales jalaba
la cadena que me ataba, intentaba jalarme hacia el suelo, opuse resistencia
pero el tubo más fuerza que yo y al final de un tirón me hiso caer al suelo; la
sensación que tuve fue indescriptible.
Comenzó a brotar agua de mis ojos, el
señor ya mayor se acerco a mí
-
Louis mira lo que hiciste – se acerco a mí y me volteo
para que quedara de espalda y comenzó a tocar mis alas – esto es malo
-
¿Que tiene tío? – sonaba entre serio y curioso
-
Tiene sus alas rotas – entonces comenzó a ver mi espalda
– además de que tiene marcas de latigazos en su piel
Entonces el hombre se volteo a verme,
se veía preocupado
-
vos nocere?
-
Non sum certus
-
¿Qué está diciendo tio?, ¿Qué le preguntaste?
-
Le pregunte si estaba bien, y me dijo que no estaba
segura
-
Pues entonces sácala de aquí – dijo algo irritado
-
Yo no puedo, no tengo fuerza
-
Pues entonces que camine
El joven me jalo del brazo y cai al
suelo
-
¿qué te pasa? , anda levántate
-
Non
-
Anda, levantarte – me jalo con más fuerza
-
Placet satis
-
Levántate – esta vez me grito
El agua comenzó a gotear de mis ojos
nuevamente
-
Louis basta, le duele
-
Pues que se levante y camine
-
Creo que no sabe
El hombre se acerco a mi y me levanto ,
trate de poner fuerza en mis piernas pero cai
-
la pobre no sabe caminar, tendras que cargarla
-
¿Qué?
-
Ya me escuchaste, cargala
-
Bien
Lo escuche hacer un bufido molesto, se
acerco a mí y me levanto con gran facilidad, por un momento sentí que algo me
quemaba la piel, sentí que estaba ardiendo en el infierno
-
Ahhhhhhhhhh – comencé a gritar
-
¿Qué paso?, ¿Qué le hiciste Louis? – le grito el señor ya
mayor
-
No le he hecho nada – se quejo Louis
-
¡EGO ARDENS! – gritaba - ¡EGO ARDENS!
Yo solo seguía gritando, no podía
soportar el sentir que ardía y que
moriría incendiada; el chico joven me bajo y yo deje de gritar, agradecía que
se detuvieran las llamas. Puse mi mano sobre las áreas donde sentí las llamas y
me dolió, el señor mayor se acerco a mí y me miro e inhalo asombrado
-
Tiene la piel quemada
-
Pero ¿Cómo se quemo la piel?
-
No lo sé Louis, pero no podremos sacarla de aquí asi
-
Entonces, ¿Qué vamos a hacer tío?
-
Tendremos que quedarnos aquí y cuidarle hasta que este
mejor
-
Si no hay otra opción
Salieron de la habitación un momento
ambos hombres, no sabia a donde irían o si volveria a verlos, pensé que
volverían a dejarme sola; mas soledad, era extraño estar sola. Entonces escuche
unos pasos, voltee a ver y vi a los dos hombres ayi, frente a mi, traian unas
cosas extrañas en sus espaldas, vi como se las quitaron y las dejaron en el
suelo.
El señor mayor se acerco a mi con algo extraño en las manos, era blanco;
se acerco a mi y me pidió que girara, yo lo hise y comencé a sentir algo extraño
en mis alas, las sentía rodeadas de algo suave
-
Ya esta, con tus alas vendadas sanaran mas pronto
-
¿verum sit cura bonum?
-
Es, encerio yo no miento pequeña
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